La inmigración es un fenómeno tan antiguo como la humanidad. En la España actual, miles de personas llegan con la esperanza de un futuro mejor y con un gran potencial que aportar. Si canalizamos adecuadamente sus talentos y experiencias, podemos convertir esta realidad en una fuente de innovación y crecimiento para nuestra sociedad y economía.

Cada día, inmigrantes con experiencia y pasión por su trabajo llegan a nuestro país con el deseo de contribuir y crecer profesionalmente. Sin embargo, la orientación a la formación disponible responde más a intereses establecidos que a la realidad de sus habilidades, vocación y trayectoria laboral, lo que dificulta su integración en el mercado.
En muchos casos, los programas formativos y la orientación laboral se diseñan sin considerar las verdaderas necesidades de los trabajadores ni de las empresas, perpetuando barreras en lugar de abrir oportunidades. Si logramos adaptar la capacitación a su talento y aspiraciones, podemos transformar esta realidad en una fuente de enriquecimiento mutuo para empresas y trabajadores.

Las ONG desempeñan una labor crucial al centrarse en atender necesidades básicas y urgentes. Sin embargo, esto puede hacer que quede en segundo plano una tarea igualmente necesaria: identificar y conectar talentos con la realidad del mercado laboral

Nexum reclutamiento ONG

Recientemente, en una feria de empleo, conocí a una mujer que había trabajado en la industria del calzado en su país. Su pasión era coser, pero en su nueva ciudad no encontraba oportunidades. Irónicamente, una empresa textil cercana necesitaba personal, pero solo para personas con discapacidad o en situación de exclusión social. ¡Qué paradoja! Su talento y experiencia quedaban fuera de consideración debido a criterios rígidos que no valoraban su verdadero potencial.

Esta falta de enfoque estratégico comienza con una política de inmigración que no considera las habilidades y experiencia personal de cada inmigrante a la hora de asignarle un destino. En lugar de facilitar su integración en sectores donde realmente pueden aportar, se les distribuye sin considerar sus competencias reales, desaprovechando así su talento y perpetuando la falta de oportunidades. Esto conlleva una alta rotación laboral y una vuelta al desempleo, ya que no existe un verdadero encaje entre el trabajador y el puesto, lo que genera inestabilidad tanto para las empresas como para los propios inmigrantes.

Un ejemplo lo tenemos en los pescadores de larga experiencia que acaban en el interior del país, mientras que en la costa la falta de mano de obra en el sector pesquero es crítica.
La falta de un enfoque estratégico es clara y evidencia los problemas actuales de empleo.

Para transformar esta situación, es necesario un enfoque estructurado que conecte talento con oportunidades reales:

Tanto las empresas como los candidatos deben participar activamente para asegurar una buena relación laboral alineando sus necesidades.

Es imprescindible, desde el minuto uno, adaptar la formación a las habilidades de los inmigrantes y agilizar los procesos de homologación de sus títulos y competencias.

Además, es necesario que los candidatos sepan que en ocasiones tendrán que realizar trabajos de transición para financiar la formación necesaria alineada con sus habilidades para lograr su objetivo profesional final.

Encaje relaciones laborales

Las plataformas existentes no están encajando el potencial real y la vocación de las personas con lo que ofrecen las empresas.

La propia tecnología está muchas veces actuando en contra del encaje adecuado al colocar filtros “inteligentemente artificiales” para la selección. En estos casos deberíamos actuar de forma más “inteligentemente natural”.

Se deben crear estrategias más naturales para facilitar la contratación de inmigrantes que suelen pasar desapercibidos en las plataformas actuales, como la creación de talleres presenciales de atracción del talento.

Actualmente existe una concentración y saturación de la inmigración en las grandes ciudades en detrimento de las zonas rurales y a la vez hay un desajuste en la ubicación del talento disponible.

Un ejemplo muy representativo de esta contradicción lo encuentro a diario entre los currículums que recibo:
Trabajadores con perfiles con amplia experiencia en el sector pesquero son ubicados en ciudades de interior como Madrid o Segovia y tienen que reinventarse para aprender otros oficios que no son coherentes con sus habilidades (añadido a las dificultades que ya encuentran al llegar a un nuevo país).

Esto da una idea del despilfarro económico, de tiempo y de energía que supone para todas las partes.

Para adaptar la oferta, la demanda y las habilidades de las personas es necesario:

  • Incluir las zonas rurales en la planificación para la ubicación de inmigrantes, evitando así la saturación en grandes ciudades y fomentando el desarrollo en zonas con escasez de trabajadores.
  • Realizar análisis previo de los talentos de origen para ubicarlos geográficamente donde se demanda dicha experiencia.
Integracion laboral

Cuando las personas trabajan en lo que les apasiona y donde tienen experiencia, la productividad y la estabilidad laboral y los beneficios económicos aumentan considerablemente.

Diseñar programas de capacitación adaptados a cada individuo es clave.

La inmigración es una oportunidad valiosa que no hemos sabido aprovechar. Con una estrategia bien diseñada, podemos transformar la llegada de talento en una ventaja competitiva para nuestras empresas y nuestra economía. Apostemos por el reclutamiento coherente y por una integración laboral efectiva. Es momento de dejar de perder talento y comenzar a disfrutarlo.